Hoy día, ya no cabe duda de la existencia del cambio climático. Es un hecho real y palpable que podemos observar. Ya está en la Tierra y nos afecta a todos. Su impacto es enorme: predicciones de falta de agua potable, cambios en la producción de alimentos, aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. Como podemos ver se trata de un fenómeno con importantes consecuencias, no solo ambientales, sino también económicas y sociales. Y como casi siempre suele suceder, serán los países más pobres, los que sufrirán las peores consecuencias al estar peor preparados para enfrentar cambios rápidos.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, lo definió como un cambio de clima atribuido, directa o indirectamente, a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.
El cambio climático se debe a causas naturales que se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc. Pero el cambio climático también se debe a la acción del hombre.
Actualmente, existe un generalizado consenso científico entorno a que nuestro modo de producción, así como el consumo energético, está produciendo una alteración climática global, que tendrá como consecuencia serios impactos sobre la tierra y sobre los sistemas socioeconómicos.
En el siglo XX, la temperatura ha aumentado aproximadamente 0,8°C de promedio. El nivel del mar ha crecido de 10 a 12 centímetros y los investigadores consideran que esto se debe a la expansión de océanos, cada vez más calientes.
En el año 2001 el Tercer Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ponía de manifiesto la evidencia de la existencia del cambio climático y de los impactos que de él se derivan.
El cambio climático: un hecho real
Como ya hemos apuntado, el aumento global de temperatura ya se encuentra en los 0,8ºC. La quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso de la tierra que han liberado dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera, son las principales causas de este aumento. El mundo industrializado ha conseguido que la concentración de estos gases haya aumentado un 30% desde el siglo pasado, cuando, sin la actuación humana, la naturaleza se encargaba de equilibrar las emisiones. Todo esto ya ha tenido consecuencias como la pérdida de biodiversidad, fenómenos climáticos extremos, derretimiento de glaciares, cambios en los hábitats, etc. Todo ello ha afectado gravemente a 325 millones de personas, causando 300 mil muertes y generando pérdidas de 125 mil millones de dólares por año, en todo el mundo.
Actualmente, el impacto del cambio climático es preocupante y un aumento de la temperatura global promedio de 2ºC tendría como consecuencia impactos más peligrosos e irreversibles debido a:
- Escasez de agua debido a sequías y derretimiento de glaciares que afectaría de 1 a 3,2 mil millones de personas más.
- Inseguridad alimenticia para 400 millones de personas y disminución del 75% en el rendimiento de las cosechas en África, debido a ritmos elevados de evaporación causados por sequías más frecuentes en el continente y en otros lugares del mundo.
- Impactos en la salud, incluyendo más de 300 millones de personas con alto riesgo de contraer malaria, aumento de diarrea y malnutrición en países de bajos ingresos, y costos de salud mundiales duplicados.
- Riesgos de inundaciones en áreas costeras para 180 millones de personas.
- Efectos sobre la biodiversidad, incluyendo el riesgo o la extinción del 35% de las especies terrestres para el año 2050, la pérdida de la mayoría de los arrecifes de coral tropicales y el 30% de las comunidades de coral de los arrecifes restantes.
Causas del cambio climático
Los gases de efecto invernadero son una de las principales causas del cambio climático en la Tierra. En primer lugar, debemos tener en cuenta que las temperaturas en la Tierra son aptas para la vida debido a lo que conocemos como “efecto invernadero”. El efecto invernadero tiene lugar cuando la radiación solar llega a la atmósfera terrestre: una parte de ella rebota en la atmósfera y otra parte llega a la Tierra, haciendo que ésta se caliente. Cuando el calor es irradiado hacia el exterior, lo absorben los gases de efecto invernadero, consiguiendo una temperatura media de unos 15 grados centígrados. Si esto no ocurriese, la Tierra tendría una temperatura media en torno a los 19 grados bajo cero. El problema se encuentra en el aumento de la cantidad de gases de efecto invernadero que hacen que el calor que se mantiene en la Tierra sea mayor y, por lo tanto, afecta a la temperatura media global, lo que repercute de distintas maneras: desertificación de zonas áridas o con el deshielo de los polos, por ejemplo.
Esta cantidad de gases aumenta por la acción del hombre derivada de su actividad diaria: combustión de combustibles fósiles (carbón, por ejemplo) por parte de automóviles, la industria (cárnica o cualquier otra) y para la producción de electricidad.
Estos son algunos de esos gases:
- El CO2 o dióxido de carbono (combustibles fósiles, coches, fábricas…)
- El metano (vertederos, agricultura, excrementos del ganado)
- El óxido nitroso (fertilizantes y refrigerantes)
La combinación del exceso de estos gases con la deforestación, que reduce el número de árboles (recordemos que las masas de árboles como bosques o selvas absorben CO2) potencia el cambio climático.
Consecuencias del cambio climático
Existen numerosas consecuencias económicas, sociales y ambientales derivadas del cambio climático y aquí vamos a hacer un repaso por las fundamentales. Atendiendo a la zona geográfica, podemos observar como en el sur y el centro de Europa sufren cada vez más olas de calor, incendios forestales y sequías. Así mismo, la zona mediterránea es una zona cada vez más seca, al contrario que el norte, transformándose en una zona más húmeda. Hay que tener en cuenta, que las zonas urbanas están expuestas a olas de calor, inundaciones y aumentos de nivel del mar pero no están bien equipadas para adaptarse a estos cambios.
- Deshielo y aumento del nivel del mar
- Condiciones meteorológicas extremas
- Peligro para la salud / propagación de enfermedades
- Temperaturas más cálidas
- Cambio en los ecosistemas
- Encarecimiento de los alimentos
Herramientas para la lucha contra el cambio climático
A continuación, pasamos a explicarte los instrumentos jurídicos que tienen las Naciones Unidas
– Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
En 1992, la Cumbre para la Tierra dio lugar a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) como primer paso para afrontar el problema. Hoy en día cuenta con una composición casi universal. Un total de 197 países han ratificado la Convención, convirtiéndose en Partes de la misma. El objetivo final de la Convención es prevenir una interferencia humana «peligrosa» con el sistema climático.
– Protocolo de Kyoto
En 1995 los países iniciaron las negociaciones para fortalecer la respuesta mundial al cambio climático y, dos años después, adoptaron el Protocolo de Kyoto. Este obliga jurídicamente a los países desarrollados que son Parte a cumplir unas metas de reducción de las emisiones. El primer período de compromiso del Protocolo comenzó en 2008 y finalizó en 2012. El segundo período de compromiso empezó el 1 de enero de 2013 y terminará en 2020. Hoy en día hay 197 Partes en la Convención y 192 en el Protocolo de Kyoto.
– Acuerdo de París
En la 21ª Conferencia en París, las Partes en la CMNUCC alcanzaron un acuerdo histórico con el objetivo de combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones y las inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. El Acuerdo de París se basa en la Convención y, por primera vez, agrupa a todas las naciones bajo una causa común: realizar ambiciosos esfuerzos con el objetivo de combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a que lo hagan. De esta manera, define un nuevo camino en el esfuerzo climático a nivel mundial.
El principal objetivo del Acuerdo de París es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2 ˚C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir con los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 ˚C.